Series -> Almas de niño.
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No. Catálogo Nautilo 657448
Título: Almas de niño.
Datos de la publicación: México, D.F. :Editorial Juventud,1945-1948.
Números en existencia de la HNM: No. 2388 (26 septiembre 1945)-no. 3349 (20 mayo 1948).
Publicado en: Pepín.
Argumentista: Yolanda Vargas Dulché.
Gráfica: Alberto Cabrera.
Género: Melodrama.
Técnica: Línea.
Variante temática:
Protagonismo infantil
Barrio
Negritud
Infancia
Racismo
Materinidad
Descripción: Serie de Yolanda Vargas Dulché mejor conocida como "Memín Pingüín", título con el que se reeditó en los años sesenta del siglo XX. A partir de entonces, esta emblemática historieta mexicana se ha seguido publicando de manera prácticamente ininterrumpida, incluso hasta el siglo XXI. La historia dura siete años en su publicación semanal de 32 páginas y -cuando el ciclo concluye- vuelve a reiniciarse mediante un recurso de flash back. Memín, su protagonista, es uno de las personajes más populares de la historieta mexicana de todos los tiempos. Sin duda, uno de los temas favoritos de la vertiente sentimentalista del género es la niñez desvalida. Carlos Monsiváis ha señalado que la historieta se inspira en la serie norteamericana de cortometrajes humorísticos "Our Gang" (La Pandilla), que Hal Roach empezó a producir en 1922. Esta serie explota exitosamente el tema de los niños que viven sus aventuras en las calles. El grupo de la serie original era interracial -como la sociedad norteamericana de la época- y uno de sus personajes, Farina, era de raza negra; seguramente en él se inspira Yolanda Vargas para crear a su inmarcesible personaje. Memín -y así lo establece de manera explícita su propio argumentista y no nuestra mirada- es feo, torpe, ignorante, chapucero, pobre y negro; pero en compensación melodramática también es tierno, alegre, simpático, tenaz, solidario con sus amigos y, por sobre todo, adorador de su madre Eufrosina, una lavandera viuda cuya imagen recuerda a la Aunt Jemima de los hot cakes. Madre e hijo viven un edípico idilio, el cual no alteran las frecuentes palizas que recibe el niño de parte de su "Ma'linda", con un palo en cuya punta sobresale un filoso clavo. A propósito de la serie, la autora escribió: "En Memín hay mucho de mí; siempre he sido inquieta y traviesa; la adoración que Memín tiene por Eufrosina yo la tuve por mi madre." Exaltación de la infancia y la vida de barrio, la historieta es un melodrama cándido y moralizante protagonizado por una pandilla en la que, además de Memín, participan Carlangas (el fuerte del grupo; de apariencia feroz y terribles puños, pero con gran corazón), Ernestillo (el tilico de la clase: paliducho, flaco, lleno de bondad y terriblemente pobre, pues es un hijo de un carpintero honrado) y, finalmente, Ricardo (el niño rico; a pesar de su apariencia aristocrática, no es tan sangrón). La base de operaciones del grupo es la escuela de gobierno Benito Juárez, y su ámbito es el barrio y las calles de la ciudad. La desventura social la sufren Carlangas y Ernestillo. La mamá del primero es una madre soltera que tiene que trabajar en un cabaret para sostener a su hijo, mientras que el padre de Ernestillo es un viudo que apaga sus penas en el alcohol. Ambos se reivindicarán por amor a sus hijos: ella deja el cabaret para dedicarse a la costura y el padre de Ernestillo deja la bebida por amor a su hijo. Carlos Monsiváis ha escrito acerca de la serie: "Almas de niño consagra un procedimiento y establece la salida real del cómic mexicano, le trasmite a los lectores una convicción: no le tengas miedo a las lágrimas, ni a la exaltación, ni al sufrimiento. No son tu pena, sino tu recompensa". En su primera época "Almas de Niño" fue dibujada por Alberto Cabrera, quien definió a los personajes y sobre todo el trazo caricaturesco de Memín y su madre, que paradójicamente se desenvuelven en una serie de pretensiones naturalistas. Cabrera le imprime personalidad a "Almas de Niño", y consigue darle un logrado dramatismo a los elementos realistas, a través de encuadres y composiciones expresionistas. Además hay un minucioso y documentado trabajo con los fondos, así como una cuidadosa caracterización de los personajes incidentales. En la reaparición de la serie en 1964, el dibujante Sixto Valencia retoma las soluciones gráficas de Cabrera, pero las desarrolla con gran creatividad y en su propio estilo. Resuelta en medio tono para ser impreso en sepia, la edición de los sesenta se convierte en un best seller de la historieta mexicana, y se exporta a varios países de América Latina, al sur de Estados Unidos y llega incluso hasta Filipinas. En los años setenta la revista alcanza tirajes legendarios de hasta 600 mil ejemplares semanales. En los años ochenta la revista se reedita impresa a color, y desde entonces ha tenido sucesivas reediciones, siempre con los dibujos de Sixto Valencia. En 2005 la ingenua imagen de Memín dio lugar a una controversia internacional, cuando grupos antirracistas norteamericanos protestaron por la edición de un timbre conmemorativo de la historieta, que a su juicio promovía el estereotipo burlesco de la raza negra. Estos grupos emprendieron una campaña para que el gobierno de Estados Unidos exigiera a México el retiro de la estampilla. Sin embargo el personaje fue defendido como ícono de la cultural popular mexicana, incluso por la Presidencia de la República, acontecimiento aprovechado por la Editorial para relanzar con fuerza a su mítico personaje.
Título anterior:
Título posterior: Memín Pinguín